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Derrotado por el mar:

Si mi cuerpo flotando  es encontrado,  Que sepan mis allegados  que un oponente digno he sido,  luchando contra el que ser, ha sido...

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miércoles, 13 de mayo de 2020

La Hormiga X

Capítulo 1: Pequeña como...bueno...una hormiga

La hormiga X daba una vuelta en el campo, un poco triste. Veía a las abejas volar, a los gusanos transformarse en mariposas y también volar...
X también quería, pero no tenía alas.

Triste, levantó la cabeza, sobresaltada al notar una fuerte vibración por sus antenas, y vio en el cielo uno de los artefactos que los gigantes bípedos habían creado para surcar los cielos.

Y ahí, en ese momento se le ocurrió una idea.

Fue rápidamente a un arbolito cercano y, con su fuerza de hormiga, arrancó un par de hojas.

      - ¡Vamos allá!-y saltando y agitando las hojas, cayó.

Se levantó magullada, pero emocionada.

      - ¡HA...SIDO...GENIAL! - Exclamó.

Con esa excitación aun recorriendo su exoesqueleto, fue rápidamente de vuelta al hormiguero, para ingeniar algo con lo que volar.

Durante mucho tiempo probó distintos tipos de hojas y un par de estructuras muy simples, pero nada duraba mucho tiempo.

Desesperada trato de pensar ¿Donde podría conseguir aprender a volar? Ya había probado preguntando a otros insectos si la dejarían que se montase en ellos, pero todos se habían reído o enfadado.

Entonces se le ocurrió una cosa. Los bípedos gigantes no tenían alas, pero habían ideado máquinas para eso. Si pudiera aprender de ellos...

¿Y por que no podía? Si fuese al lugar donde aprenden...

      - ¡Ya está! Iré a observarles y así descubriré como lo hacen - pensó emocionada.

Motivada ante esta idea fue camino a algunos edificios cercanos en donde sabía que había muchos y donde aprendían muchas cosas.


FIN CAPÍTULO 1


Capítulo 2: Regresión

Un tiempo atrás un pequeño bípedo la había atrapado y metido en lo que después conocería como cajita de plástico.

Ese bípedo pasaba mucho tiempo con ella. La dibujaba, daba de comer, pero sobretodo, la hablaba durante mucho, mucho tiempo. Y la intentaba enseñar. Números, letras, como se pronunciaban (aunque ella nunca podría hacerlo)

Se hicieron muy amigos. Pero había un problema. A su Reina (con el tiempo aprendió a diferenciar su sexo) no le gustaba, por eso el pequeño bípedo tenía que esconderla.

Pero al final, la descubrió y se enfado. Mucho. Mientras le gritaba al pequeño (ya estaba acostumbrada a esos gritó, el pequeño solía venir a jugar largas tardes para no estar presente cuando su Reina se gritaba con el otro bípedo grande que también vivía allí), este, disimulada mente, abrió la cajita, dejándola libre.

Cuando la Reina la vio intentó aplastarla pero ella se escapó por la ventana, volviendo al hormiguero.

Unas semanas después volvió pero el Pequeño ya no se encontraba allí. Ninguno de los bípedos estaba allí. Habían abandonado su hormiguero.

Fue a la cámara en la que el Pequeño dormía y solo encontró el lecho. No, debajo de este había algo.

El avión de papel.

El Pequeño la colocaba encima para hacerla volar. Le encantaba. Pero ya no podría volver a hacerlo.
Desde entonces le echo mucho de menos. Nunca se olvidó de él.


FIN CAPÍTULO 2


Capítulo 3: La Universidad

Exhausta subió el último escalón y ahí, en el umbral, vio que había llegado.


Facultad de Ingeniería Aeronáutica

Venciendo el cansancio subió a una ventana abierta y entro a un lugar lleno de bípedos sentados escuchando a otro de ellos delante de una tabla verde, en la que escribía palabras y números blancos con una piedrecita larga y recta.

Desde donde estaba oía perfectamente lo que decía, pero no lo entendía.
¿Baja presión?¿Aerodinámica? No comprendía ni una palabra.

Un sonido estridente la sacó de su confusión.
Varios Aprendices (no podían ser otra cosa) se acercaron al Maestro a preguntar mientras la gran mayoría recogía sus cosa y se iba levantando. X, al ver todo este movimiento, rápidamente se puso en una esquina para que no la vieran.
(Estaba cansada así que el hecho de ser muchísimo más pequeña se le escapó en ese momento. Además la última experiencia con bípedos grandes no había sido buena)

Mientras esperaba a que salieran oyó que un par de Aprendices tenían un pequeña a la par que interesante conversación.

      - ¿Oye has entendido lo último? Yo me he perdido un poco.

      - No mucho. Iba a ir a la Biblioteca a documentarme un poco más.

      - ¡Genial! ¿Te importa si te acompaño?

      - No que va.

Intrigada observó como los últimos Aprendices salían y, después de hecha un ultimo vistazo al galimatías de la tabla, saltó al suelo para  seguir a lo Aprendices que, sin ella saberlo, le mostrarían un mundo de grandes conocimientos.


FIN CAPÍTULO 3


Capítulo 4: La Biblioteca

Observó, un poco intimidada, los enormes muros que se abrían y cerraban delante suyo.

Había visto a algunos bípedos entrar y salir de ahí y se preguntaba cuántos había al otro lado.

Después de un rato, venció su reticencia y se encaminó al interior.

Dentro se quedó asombrada. Había muchos libros. Más de los que había en el hormiguero del Pequeño. Recordaba que contenían palabras, palabras que le enseñaban cosas nuevas y le ayudaba a comprender lo que ocurría a su alrededor.

Estaba...¡Pasmada! Tanto que casi no se dio cuenta del temblor del suelo hasta que se volvió muy intenso. Un poco asustada, al comprender que se trataba de los bípedos, que iban hacia los muros que se abrían, se subió al lugar en el que se encontraban los libros esquivando sus enormes patas. Se colocó, muy cansada, arriba del todo donde no podían cogerla.

Observó desde allí los libros angustiada por su tamaño. ¡No podría abrirlos, mucho menos sacarlos de donde estaban!

Se oyó de nuevo el sonido estridente y todos los Aprendices salieron de la Biblioteca.

Era muy tarde y estaba muy cansada, así que cerró un poco los ojos…

Cuando abrió los volvió a abrir se dio cuenta de que ya era de noche ¡Se había quedado dormida! Ahora ¿¡Cómo aprendería lo que necesitaba!?

Su mirada se desvió a una mesa, en la que 3 cosas que le devolvieron la esperanza: una lámpara (había varias en cada mesa), un vaso largo de cristal boca abajo y un libro sobre Aeronáutica abierto por una página.

Corrió hacia allí y, con paciencia y muchísimo esfuerzo, colocó el vaso a cierta distancia del libro (cuyas páginas paso hasta el principio). Pero encender la lámpara le llevó más tiempo.

Gracias a la luz y la distancia (por el vaso) era capaz de leer el libro. Y asi se quedo el resto de la noche.

Poca gente lo sabe (o le importa), pero las hormigas tienen una muy buena memoria, ya que nunca olvidan nada que hayan visto, oído, olido y/o sentido.

Así, gracias a varias semanas de estudios de esta forma y viendo a los Maestros enseñar a los Aprendices, adquirió los conocimientos técnicos necesarios para llevar a cabo su plan.

Haciendo uso de sus nuevos conocimientos, ideó un aparato que le ayudaría en su objetivo.

Y se puso a trabajar.


FIN CAPÍTULO 4


Capítulo 5: El Artilugio

Tardó varias semanas en reunir los materiales que necesitaba y aún más en construir varios intentos que, por desgracia, fracasaron.

      - ¡No debería ser tan difícil! He aprendido qué debo hacer. ¿Porque no puedo conseguirlo? - Dijo apesadumbrada.

Levantó la mirada al cielo con tristeza al pensar que nunca tocaría las nubes, cuando lo vio. El avión, como los bípedos lo llamaron. La máquina con la que volaban.

      -¡No! No puedo rendirme, he llegado muy lejos para fracasar ahora. ¡Lo conseguiré! - grito y volvió al trabajo.

Pasaron los días, construyendo, probando, fracasando, observando los fallos y reparándolos, perfeccionando los prototipos.

Hasta que una tarde, cuando el día llegaba a su fin, termino el ultimo que haría (pero en ese momento ella no lo sabía)

      Número 57

Se encontraba encima de la Biblioteca, clavando el último “clavo” usando su “martillo” de cabeza en el aparato. Y no, no me he equivocado, no es cabeza de martillo o cabeza como un martillo, es un trozo de materia (corteza dura, por ejemplo. O una piedrecita) que coge con las  pinzas y se apoya en su cabecita para usa toda la fuerza de su cuerpecito.

Se retiró cansada y observo lo que había hecho. [Y vio que era bueno XD. Referencia a la Biblia]

      -Es... precioso - dijo, encantada. “Espero que funcione” pensó, bastante preocupada.

Se colocó en el lecho, introdujo las patas en su lugar y empujo con las traseras para ganar velocidad. Los palos de madera doblados que hacían de ruedas giraban cada vez más rápido mientras se acercaba al borde.

Se encontraba un poco asustada. Si fallaba se haría polvo contra el suelo.

      - “Funcionará” - pensó con repentina confianza - “Es el mejor que he construido, funcionara”

El borde estaba cada vez más cerca…
Más cerca, más... Lo sobrepaso...
Y entonces cayó.


FIN CAPÍTULO 5

lunes, 27 de enero de 2020

Marinero:

Soy el mar en calma 
soy el mar embravecido 
Soy la tormenta furiosa 
Soy la placida brisa 
Soy el guerrero impasible 
que al mar ha vencido 
Y con ello, el cielo llorado 
Saciado ha quedado.

Derrotado por el mar:

Si mi cuerpo flotando 
es encontrado, 
Que sepan mis allegados 
que un oponente digno he sido, 
luchando contra el que ser, ha sido, 
La mejor amante o el peor enemigo.